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jueves, 28 de julio de 2011

Artículos de la Unión de Superioras y Superiores Generales

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VIDIMUS DOMINUM "Hemos visto al Señor"
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y en está encontrarás artículos muy interesantes sobre la Vida Religiosa del Seminario Teológico 2011

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Hecho pues y gracias.

domingo, 22 de mayo de 2011

DIEZ TESIS SOBRE LA CRISIS DE LA MODERNIDAD -Victor M Toledo-

1. La mirada histórica. Resulta imposible tener una visión acertada de la crisis actual si se carece de una perspectiva histórica. Pero nos referimos no sólo a la historia de los historiadores, sino también a la de los arqueólogos, paleontólogos, biólogos, geólogos y astrofísicos. El panorama revelado por la investigación científica, es decir por el pensamiento racional, ofrece datos concretos acerca del devenir humano y social, del mundo vivo, del planeta y del universo. Comprender la vida del planeta o la evolución de los homínidos resulta necesario para entender los procesos sociales. Buena parte de la tozudez humana proviene de la estrechísima mirada de los analistas y estudiosos, de su ausencia de memoria, de su visión casi instantánea, rasgo inequívoco de la propia crisis.

2. Crisis de civilización. El mundo moderno es un invento social de hace apenas 300 años. Un origen difícil de precisar pero que se ubica en algún punto donde confluyen industrialismo, pensamiento científico, mercado dominado por el capital y uso predominante de petróleo. El inicio de la ciencia puede fecharse de manera “oficial” en 1662 y 1666, años en que se fundaron las primeras sociedades científicas en Inglaterra y Francia, respectivamente. El estreno de un pozo petrolero regurgitando “oro negro” tuvo lugar el 17 de agosto de 1859 en el Sureste norteamericano. La industrialización y el capitalismo son procesos difíciles de datar, pero ambos no van más allá de los tres siglos.

En la perspectiva de la historia de la especie, de unos 200 mil años, la aparición de la era moderna ocurrió en apenas “un abrir y cerrar de ojos”. En unas cuantas décadas se pasó de un metabolismo orgánico a un metabolismo industrial. La crispación que hoy se vive se debe, fundamentalmente, a lo ocurrido en los últimos 100 años, un lapso que equivale solamente al 0.05 por ciento de la historia de la especie humana. En el parpadeo del último siglo todos los procesos ligados al fenómeno humano se aceleraron, incrementando sus ritmos a niveles nunca vistos y generando fenómenos de tal complejidad que la propia capacidad del conocimiento humano ha quedado desbordada. El siglo XX ha sido entonces la época de la consolidación del mundo moderno, industrial, capitalista, racional, tecnocrático, y de su expansión por todo el planeta.

Vivimos una crisis de la civilización industrial cuyo rasgo primordial es la de ser multidimensional, pues reúne en una sola trinidad a la crisis ecológica, a la crisis social y a la crisis individual, y dentro de cada una de éstas a toda una gama de (sub) dimensiones. Esto obliga a orquestar diferentes conocimientos y criterios dentro de un solo análisis, y a considerar sus ámbitos visibles e invisibles. Se equivocan quienes piensan que la crisis es solamente económica o tecnológica o ecológica. La crisis de civilización requiere nuevos paradigmas civilizatorios y no solamente de soluciones parciales o sectoriales. Buena parte de los marcos teóricos y de los modelos existentes en las ciencias sociales y políticas están hoy rebasados, incluidos los más críticos.

Estamos entonces en un fin de época, en la fase terminal de la civilización industrial, en la que las contradicciones individuales, sociales y ecológicas se agudizan y en el que los escenarios sorpresivos y la ausencia de modelos alternativos son cada vez la norma. Vista así, la crisis requiere un esfuerzo especial, pues se trata de remontar una época que ha afectado severamente un proceso histórico de relaciones visibles e invisibles iniciado hace miles de años: el metabolismo entre la especie humana y el universo natural.

3. El papel crucial de la ciencia y la tecnología. Estos últimos tres siglos han sido una sucesión continua de transformaciones vertiginosas, inusitadas y hasta compulsivas. La ciencia apuntaló, a través de la tecnología, el desarrollo del capitalismo y éste impulsó a niveles inimaginables el desarrollo de la ciencia. El conocimiento permitió la construcción de máquinas cada vez más sofisticadas. El poder de la especie humana se multiplicó a niveles sin precedentes, tanto para construir como para destruir. El mundo moderno, profano y pragmático, que fue y sigue siendo un producto del conocimiento racional, modificó radicalmente visiones, instituciones, reglas, costumbres, comportamientos y relaciones sociales. El conocimiento, en íntima relación con la empresa, triunfó sobre todas las cosas y transformó como nunca antes.

La ciencia (y sus tecnologías) al servicio del capital es por fortuna dominante pero no hegemónica. Contrariamente a lo que se pregona y sostiene, no hay una sola ciencia (“La Ciencia”) sino muchas maneras de concebir y hacer ciencia, así como de producir tecnologías. Al interior de la gigantesca comunidad científica existen minorías críticas de contracorriente que buscan un cambio radical del quehacer científico y la democratización del conocimiento. Por ello, toda superación de la crisis actual supone un cambio radical en la manera de generar y aplicar ciencia y tecnología. Mientras no existan propuestas alternativas de conocimiento científico no podrá remontarse la crisis; el conocimiento seguirá encadenado al capital.

4. Tradición y modernidad. Una de las claves para la correcta comprensión de la crisis de la modernidad, y su posible superación, atañe a la significación cultural de los mundos que se ubican antes o por fuera de ese mundo moderno. Las periferias espaciales y temporales que por fortuna aún existen como enclaves pre-modernos o preindustriales son estratégicas para la remodelación de la sociedad actual. Por lo común, lo tradicional se opone (contrasta) a (con) lo moderno.

Durante más del 99 por ciento de su historia, el ser humano aprendió a convivir y dialogar con la naturaleza, al considerarla una entidad sagrada y al concebir a sus principales elementos como deidades y dioses. También aprendió a formar colectivos basados en la cooperación y la solidaridad, la sabiduría de los más viejos y el uso de una memoria comunitaria y tribal. La época de oro de la especie humana tuvo lugar hace unos 5 mil años, cuando cerca de 12 mil culturas, distinguidas por la lengua y distribuidas por todos los hábitats del planeta, aprendieron a vivir en comunidades o aldeas soportadas por relaciones armónicas con sus recursos locales. La aparición de sociedades no-igualitarias cada vez más complejas permitió el incremento de la población, del comercio y del conocimiento, pero también desencadenó usos imprudentes de los recursos naturales.

La historia que siguió a esa época de equilibrio no ha sido más que la historia de una doble explotación, social y ecológica, un largo proceso de degradación y decadencia que alcanza su cenit con el advenimiento de la modernidad. Hoy como nunca antes, a pesar de los avances tecnológicos, informáticos y sociales (como la democracia), la especie humana y su entorno planetario sufren los peores procesos de explotación y destrucción.

En lo que queda de tradicional en el planeta, 7 mil pueblos indígenas con una población estimada en 400 a 500 millones, se encuentran las claves para la remodelación de las relaciones sociales y de las relaciones ecológicas, hoy convertidas en meras formas de explotación del trabajo humano y de la naturaleza. Por ello resultan de enorme interés los experimentos políticos que viven países como Bolivia y Ecuador, donde los gobiernos se nutren de elementos de la cosmovisión indígena. Ello no significa una vuelta romántica al pasado (tentadora opción), sino la síntesis entre tradición y modernidad, que es la disolución de su conflicto.

5. La crisis del racionalismo y el re-encantamiento del mundo. La ciencia dio lugar al nuevo “cosmos oficial” del mundo moderno. El conocimiento científico ha revelado el macrocosmos y el microcosmos, desconocidos ambos por los seres pre-modernos. Sobre este cosmos profano que reconoce todo ciudadano moderno se montan, a manera de componentes no deseados, otros cosmos secundarios, marginales o alternativos que se empeñan por mantener vigente, de mil maneras, un cosmos sagrado.

Pero el imperio de la razón generó a su vez una nueva contradicción. El racionalismo, que ineludiblemente separa al sujeto del objeto de su observación y análisis, profanó una visión del mundo que había prevalecido y operado exitosamente durante el largo pasado, y quebró la unidad que existía entre individuo, sociedad y naturaleza. Esta vez la visión secularizada, objetiva y científica de la realidad, prometió mitigar la angustia mediante una oferta tentadora: la construcción de un mundo pleno de satisfactores, cómodo y seguro, donde quedarían satisfechas la mayor parte de las necesidades. Este “mundo feliz” tendría como sus fundamentos el uso creciente y perfeccionado de los conocimientos científicos y tecnológicos, puntualmente orientados por un ente económico superior: el mercado. La fe en el progreso, el desarrollo y un futuro cada vez mejor, compensó la ausencia de creencias divinas en la que devino la nueva concepción moderna y racional de la realidad. Pero esta sustitución, que dejó atrás el encantamiento del mundo, condenó al mono racional a vivir frente a una realidad que se analiza y se fracciona por medio de instrumentos, fórmulas, teoremas, ecuaciones y experimentos, pero que de nuevo carece de un significado como totalidad. El ser moderno ha quedado a la deriva y desprovisto de brújula, por ello se hace necesario un re-encantamiento del mundo, una reconexión del individuo consigo mismo, con los otros y con la naturaleza, que no es más que el concepto del “buen vivir” de las cosmovisiones indígenas.

6. El individuo olvidado. En un mundo orientado por una racionalidad instrumental, materialista y tecnocrática, las soluciones a la crisis se buscan por lo común en los procesos de innovación tecnológica, los ajustes al mercado, los productos que se consumen, los sistemas de producción, los instrumentos financieros o políticos, los medios masivos de comunicación... y muy rara vez en el individuo, en el ser y sus expresiones más cercanas, sutiles y profundas: su cultura, comuni-cación, problemáticas, relaciones con él mismo y con los demás, incluidas sus maneras de organizarse y resistir. No se puede buscar la transformación de las “estructuras externas” y visibles de los procesos vastos y gigantescos de la sociedad y la naturaleza sin explorar el mundo (interno, doméstico y organizacional) del individuo. El ser humano es un ente complejo que busca el equilibrio entre razón y pasión, pensamiento y sentimiento, cuerpo y espíritu. Es un ser cuyas conductas y decisiones se rigen no solamente por el mundo conciente del día sino por el universo inconciente de la noche y los sueños. El ser humano, la cultura a la que pertenece y recrea su vida cotidiana, así como las instituciones y organizaciones que inventa para enfrentar, resistir y remontar la crisis, son las claves ocultas, las dimensiones intangibles que la reflexión crítica debe integrar. Es Occidente por fin mirando a Oriente.

7. La conciencia de especie. Hoy, el conocimiento coherente y completo de los procesos históricos y actuales, naturales y sociales, permite al ser humano adquirir una conciencia sin concesiones. Una mirada limpia sobre lo que acontece. La conciencia de especie permite recobrar una percepción original del ser humano, hoy casi olvidada o suprimida en la realidad industrial: la de su pertenencia al mundo de la naturaleza. También lo conduce a restablecer un comportamiento solidario con sus semejantes vivientes (humanos y no humanos) y no vivos y a edificar una ética de la supervivencia basada en la cooperación, la comunicación y la comprensión de una realidad compleja.

Bajo la conciencia de especie ya no sólo se pertenece a una familia, a un linaje, a una comunidad, a una cultura, a una nación o a una cofradía religiosa o política. Antes que todo se es parte de una especie biológica dotada de una historia y necesitada de un futuro, y con una existencia ligada al resto de los seres vivos que integran el hábitat planetario y, por supuesto, en íntima conexión con el planeta mismo. La conciencia de especie otorga a los seres humanos una nueva percepción del espacio (topoconciencia) y del tiempo (cronoconciencia), que trasciende la estrechísima visión a la que le condena el individualismo, el racionalismo y el pragmatismo del homo economicus

8. La era del poder social. Vivimos el pináculo del capital y, específicamente, del capitalismo corporativo. Como nunca antes las grandes compañías han tenido ganancias récord, y si no, si han entrado en bancarrota, se han dado el lujo de ser rescatadas por los impuestos ciudadanos. Esto ha sido así porque el poder económico ha sojuzgado al poder político hasta tal punto que en muchos casos es imposible distinguir si se trata de un político que se dedica a los negocios o un empresario que se dedica a la política (ahí están los casos emblemáticos de G. Bush, V. Fox, S. Berlusconi y S. Piñera). Frente a esta amalgama de intereses, la gran derrotada ha sido la sociedad civil, que ha visto menguado su poder de decisión. Hoy, la devastación del mundo de la naturaleza corre en paralelo a la explotación del esfuerzo de los trabajadores. Liberado de candados y restricciones, solo, el capital destruiría el planeta entero si ello fuera rentable, de la misma manera que exprimiría hasta la última gota de sudor de los empleados y trabajadores y abusaría impíamente de los consumidores. El gran desafío es entonces la re-constitución del poder social y el control ciudadano sobre los procesos económicos y políticos. Ello supone construir o re-construir el poder social en territorios concretos. En esta perspectiva, la superación de la crisis será la sustitución paulatina y gradual de las actuales instituciones por aquellas creadas por el poder ciudadano. A las gigantescas compañías monopólicas seguirán las cooperativas, microempresas y empresas de escala familiar; a los grandes bancos, cajas de ahorro, bancos populares y cooperativas de crédito; a las cadenas comerciales el comercio justo, orgánico y directo entre productores y consumidores. A la producción estatal o privada de energías fósiles y del agua seguirá la producción doméstica o comunitaria de energías solares y renovables y de agua; a los grandes latifundios, base de los agro-negocios, las reformas agrarias de inspiración agro-ecológica; a los espacios naturales, escénicos y de esparcimiento hoy privatizados, su reconversión en espacios públicos y gratuitos administrados por los ciudadanos locales.

9. ¿Revolución o metamorfosis? Aunque muchas cosas han cambiado, un precepto que sigue vivo no obstante su obsolescencia es la idea de revolución, de cambio súbito y violento. Imbuida de una fuerza épica descomunal, la idea de revolución encierra dones sagrados como el sacrificio, la entrega, la gloria, el heroísmo, todo lo cual da un sentido a la existencia de quienes se involucran. Hoy, en la era de la comunicación, la información, el conocimiento y la democracia, el cambio social requiere de nuevas fórmulas. La sociedad civil organizada, liberada ya del control de los poderes económico y político, debe conformar núcleos, redes, organizaciones basadas en la cooperación, el conocimiento, la comunicación y la toma democrática de decisiones. La construcción del poder social en territorios concretos debe ser un proceso expansivo, combinado cuando sea posible con la toma del poder político, en este caso con el único fin de consolidar, multiplicar y expandir el poder social. Ello da lugar a una nueva idea de cambio, como proceso gradual y acumulativo, y por ello recuerda al fenómeno de la metamorfosis. Dejar atrás la idea de revolución para sustituirla por la de metamorfosis otorga una visión anclada en la vida cotidiana, que se expresa en acciones concretas y que permite proyectar el cambio en el corto, mediano y largo plazo.

10. ¿Homo sapiens u Homo demens? Quienes hoy alcanzan a vislumbrar limpiamente la situación que se vive, que lo mismo produce angustia que temor, parálisis o desilusión, logran rescatar la dimensión más acabada del pensamiento crítico. Que no es de izquierda ni de derecha, ni conservador ni progresista, pues hoy las geometrías ideológicas han quedado rebasadas. Ellos han adquirido una “conciencia de especie”, una “ética planetaria”, una “inteligencia global”. Esta conciencia es fundamentalmente el reconocimiento de que la nuestra es también una especie mortal, una especie que dependiendo de las acciones actuales, presentes y futuras, puede llegar a desaparecer, y que por lo mismo se ha vuelto una especie amenazada de extinción. Lo anterior obliga a plantear las siguientes preguntas: ¿No hay en realidad una brecha tajante y profunda entre el ser humano dotado de esa conciencia de especie y el que carece de ella? ¿No parece que se procrean en realidad dos especies (sociales, culturales, ontológicas) dentro de un mismo gremio biológico?, ¿no estamos por lo tanto frente a dos miembros radicalmente distintos de una misma especie biológica? En suma, ¿no estamos reconociendo a dos especies diferentes, el “mono demente” (Homo demens) y el “mono pensante” (Homo sapiens), de cuya conflictividad y su resolución dependerá el futuro de la humanidad, el resto de los seres vivos y el planeta entero?

* Las 10 tesis aquí enunciadas se encuentran más desarrolladas en mis ensayos: “¿Contra Nosotros? La conciencia de especie y el surgimiento de una nueva filosofía política”, 2009, Polis (Revista de la Universidad Bolivariana) 8 (22), (www. scielo.cl/pdf/polis/v8n22/ art13.pdf.). Y: “Las claves ocultas de la sostenibilidad: transformación cultural, conciencia de especie y poder social”, En La Situación del Mundo, 2010, Icaria Editorial y World Watch Institute.

DIEZ APROXIMACIONES A LA GRAN CRISIS - Armando Bartra-

“Lo sabemos todo acerca de la catástrofe ecológica, pero de algún modo no creemos que vaya a ocurrir realmente”, escribió Slavoj Zizek. Y, efectivamente, hace ya cinco años que el Panel Internacional para el Cambio Climático anunció el acabose y no nos cae el veinte. Se escribe del desbarajuste, sí, pero cada cual sobre su crisis: ambiental, económica, energética… y poco sobre el ominoso conjunto. Sirvan estas tesis epigramáticas para compensar en algo la falencia. La Gran Crisis (GC) bien vale un decálogo

1. La Gran Crisis es una y múltiple. Entrevero de cambio climático, recesión económica, encrucijada energética, incremento de la pobreza y exclusión, descrédito de la política, anomia social, pandemias, éxodos, guerras. Debacle global cuya virulencia aumenta porque sus dimensiones tienen el mismo origen y se retroalimentan.

2. La Gran Crisis es de época, no de coyuntura, pues en ella confluyen el agotamiento del modelo neoliberal de desarrollo, del sistema económico capitalista y del orden civilizatorio urbano-industrial en una turbulencia prolongada con ocasionales recuperaciones seguidas de recaídas más profundas.

3. La Gran Crisis resulta de la degradación y escasez de las condiciones naturales y sociales de la existencia humana. Enrarecimiento de los recursos vitales como saldo del ancestral conflicto hombre-naturaleza y hombre-hombre que el capitalismo enconó de manera exponencial.

4. La Gran Crisis la provoca el capital al tratar como mercancías el dinero, al hombre y a la naturaleza. La especulación con el dinero genera periódicas contradicciones internas del sistema económico que frenan la acumulación, mientras que al ponerle precio al hombre y a la naturaleza se ocasiona una contradicción externa que fractura el orden civilizatorio.

5. La Gran Crisis se gestó a raíz del vuelco histórico por el que transitamos de sociedades con mercado que regulaban producción e intercambio, a sociedades para el mercado donde la economía priva sobre los hombres, el valor de cambio sobre el de uso, el trabajo muerto sobre el vivo y las cosas sobre las personas.

6. La Gran Crisis remite a la explotación del trabajo y la desigualdad económica, pero también a la opresión y ninguneo asociados con género, edad, etnia, creencias, elección sexual, apariencia. Es un envilecimiento abarcador, que carcome tanto el orden material como el espiritual y se extiende de la producción económica a la reproducción social, de la jornada laboral al tiempo libre, de la vida pública a la privada, de la vigilia al sueño.

7. La Gran Crisis marca el fin del prometeísmo providencialista: una forma de ser en el tiempo que situó el motor de la historia en el desarrollo presuntamente lineal y ascendente de la potencia productiva. Se trata de un determinismo finalista común al capitalismo y al socialismo que satanizó el pasado, fetichizó el futuro y nos unció al progreso como bueyes a una carreta.

8. La Gran Crisis invalida la presunción de que el porvenir nos depara un mundo de sabiduría total y abundancia ilimitada donde seremos libres, justos, fraternos y felices. Promesa que soslaya evidencias duras: que la ignorancia crece a la par que el conocimiento y el egoísmo cunde también entre los ahítos, mientras que se puede ser sabio con incertidumbres, solidario en la penuria y satisfecho en la austeridad.

9. La Gran Crisis es el acabose de la modernidad y no un tropiezo más en el curso de la modernización. El derrumbe general de un orden desencantado que ve superstición en las experiencias extáticas resultantes de nuestra apropiación intuitiva del cosmos; de un orden racionalista que rinde culto al pensamiento técnico, económico y administrativo de carácter instrumental; de un orden prosaico que subestima el poder de la imaginación y la poesía.

10. La Gran Crisis somos todos. Hay crisis no porque crujen estructuras e instituciones, sino por la acción de sujetos colectivos que asumen el magno descalabro como amenaza y desafío. Hay crisis porque somos capaces de negar y trascender lo que nos niega. Hay crisis porque hay esperanza.

viernes, 18 de marzo de 2011

Emboscada mortal por el grupo extremista Tehrik-i-Talibán

Hno. Hoan Castro

En todo el período cuaresmal, la Iglesia nos ofrece con particular abundancia la Palabra de Dios. Meditándola e interiorizándola para vivirla diariamente, aprendemos una forma preciosa e insustituible de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando a nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo.

(Mensaje del Papa para la Cuaresma2011)

En el momento en que fue atacado estaba sólo, venía de haber visto a su madre y se dirigía hacia su oficina de trabajo. … Una ráfaga de proyectiles acabo con su vida.

Llamadas anónimas lo habían ya amenazado de muerte desde 2009…Y estas amenazas se habían hecho más frecuentes desde que había sido elegido como líder político de las minorías de su país.

Estamos ya tan acostumbrados a oír esta clase de relato… Amenazas, levantones, torturas, muertes y venganzas… que al leer un título como este, “emboscada mortal” nos podemos imaginar o sugerir en el subconsciente el ya sabido desenlace criminal que vemos tan seguido en este nuestro país.

Pero no es así, el hombre asesinado hace unos días, para ser más concreto, asesinado cobardemente el dos de marzo de este año, se llamaba Shahbaz Bhatti…

No, no pertenecía a ningún cartel, ni era oficial del ejército o algún cuerpo policíaco. No era narco menudista, ni trabajaba para ningún Señor del cielo. Era sí un cristiano comprometido. Un laico que se aventuró a seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias… Bhatti había sido nombrado Ministro de las Minorías del gobierno de Pakistán en Noviembre 2008.

Cuando aceptó este puesto declaró a los medios que la decisión de aceptarlo era para “trabajar por el bien de los oprimidos, marginalizados y excluidos de Pakistán” y añadió que seguiría comprometido en la lucha por la igualdad, la justicia social, la libertad religiosa y el crecimiento de las comunidades de minorías religiosas. Finalizó diciendo que quería dar un mensaje de esperanza a la gente que vive desilusionada, desesperanzada y decepcionad y que continuaría luchando por la reforma de la “ley blasfemica”.

Hace algunos años una larga entrevista que le fue hecha, dio oportunidad a los medios de comunicación para publicar un libro titulado: “Cristianos en Pakistán o Donde la esperanza es puesta a prueba” (Cristiani in Pakistan. Nelle prove la speranza), por Marcianum Press, Venezia. En ese libro Bhatti afirmaba: “Quiero que mi vida, mi carácter, mis acciones hablen por mí y digan que estoy siguiendo a Jesucristo. Este deseo es tan fuerte en mí que me consideraría un privilegio el que, en este esfuerzo y en esta batalla por ayudar a los necesitados, a los pobres, a los cristianos perseguidos de Pakistán, Jesús quisiera aceptar el sacrificio de mi vida. Quiero vivir por Cristo y quiero morir por él...”

“Muchas veces los extremistas han tratado de asesinarme, otras veces han tratado de encarcelarme. Me han amenazado, perseguido y han aterrorizado a mi familia. Pero yo no siento miedo alguno en este país. Yo digo que, mientras viva, hasta el último aliento, seguiré sirviendo a Jesús y a esta humanidad pobre, que sufre, a los cristianos, a los necesitados, a los pobres. ”

Cuando leo estas líneas llenas de fuego, pienso en Paulo de Tarso, y en tantos otros mártires a quienes la fuerza del Espíritu ha movido y sigue moviendo y llenando de audacia, en tantos testigos de la Fe, en tantos mártires por Cristo.

Bhati tenía una fuente de energía, un núcleo vital del que sacaba la fuerza para continuar su misión día a día. El nos dice: “Quiero deciros que me inspira mucho la Sagrada Biblia y la vida de Jesucristo. Cuanto más leo el Nuevo Testamento, los versículos de la Biblia y la palabra del Señor, más se reafirman mi fuerza y mi determinación. Cuando reflexiono en el hecho de que Jesucristo lo sacrificó todo, que Dios envió a su mismo Hijo para redimirnos y salvarnos, me pregunto cómo puedo seguir el camino del Calvario. Nuestro Señor dijo: "Ven conmigo, carga tu cruz, y sígueme". Los pasajes que más me gustan de la Biblia dicen: "Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme". De este modo, cuando veo a personas pobres y necesitadas, pienso que detrás de sus rasgos se encuentra Jesús, que me sale al paso…”

Mañana comenzaremos la cuaresma creo que el ejemplo de Shahbaz Bhatti es un acicate para vivir con mayor intensidad nuestro viaje hacia la Pascua de Jesús

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La alegría de darse uno mismo.

Timothy Radcliffe O.P

“La enseñanza de la Iglesia en el tema de la sexualidad está basada en la ley natural, pero el anterior Maestro de la orden dominicana arguye que una Visión Cristiana de la sexualidad puede también ser reconocida en otra clave de ética sexual derivada del regalo que Jesús hizo de si mismo durante la última cena .”

En Irlanda hace 50 años era notorio ver que los sacerdotes querían regular los besos. A la gente se le decía por cuanto tiempo ellos podían besar si eran menores de 18 años y había reglas que indicaban las clases de besos que estaban permitidos. El beso más peligroso de todos era el beso conocido como el beso francés.

El cuerpo esta hecho para comunicarse y la cara es el clímax de la comunicación del cuerpo. La cara manifiesta lo que significa ser corporal y la boca, hablando y besando expresan la culminación de la comunicación. Cuando pensamos acerca del cristianismo y la sexualidad, la gente generalmente pregunta que es lo que está permitido o qué está prohibido. Qué actividades sexuales están permitidas entre personas que no están casadas.¿Pueden personas del mismo sexo tener relaciones sexuales? Esto es comenzar la pregunta en el lugar equivocado. La primera pregunta a hacer en cualquier ética es: ¿Qué me dice mi conducta?

Ética, es aprender a actuar de tal forma que nuestras relaciones se profundicen. Una acción no es mala porque está prohibida, sino porque corroe la comunión humana y es por esta razón que esta prohibida. Es natural que si Jesús desea expresar la profunda comunión de Dios con la humanidad, lo haga precisamente entregando su cuerpo. El no nos da un montón de cosas. El realiza un signo que habla y crea comunión. Jesús dice: ¨ Este es mi cuerpo entregado por ti. ¨ Es un regalo. Esto podría parecer incomprensible hoy porque por 400años hemos tendido a pensar del cuerpo como posesión. Si uno piensa que su cuerpo es fundamentalmente una posesión, entonces tratara de hacer lo que quiera con él, en tanto y cuanto no moleste a los demás. El resultado ha sido una ética sexual que frecuentemente está basada en el Derecho a la posesión ¨ Ordinariamente el hombre ha sido visto como el propietario no sólo de su cuerpo sino también del cuerpo de su mujer. El podría hacer lo que quisiera con él, aunque ella no poseyese el cuerpo de su esposo de la misma manera. El adulterio por parte de la mujer se consideraba como una forma de robo pues durmiendo con otro hombre, estaba usando la propiedad de su esposo de manera ilegal. Cuando Jesús nos dio su cuerpo, estaba expresando el sentido más profundo del ser corporal. El ser corporal significa haber recibido todo lo que el ser corporal es de parte de nuestros padres y de los padres de nuestros padres. Es finalmente haber recibido nuestro ser de Dios. Nuestra existencia es un don a cada momento. Dios me da el ser hoy, aquí. Por eso nuestra relación sexual debe expresar el don de nosotros a los demás y la aceptación del don que es el ser de los demás. Las palabras de Jesús en La Ultima Cena nos llevan al corazón de la ética sexual. La sexualidad es algo en relación con la comunión. Lo que debe expresar es una generosidad mutua. Es la donación y la recepción del done. Pero La Ultima Cena fue también el momento en el cual Jesús aceptó y asumió la contradicción de la comunión. En esa noche el se entregó a Judas que lo habría de traicionar y a Pedro que después lo negaría y a los otros discípulos que huyeron aterrorizados. Fue La Noche Obscura, en la que hubo traición, mentira, miedos, violencia y muerte. En esa noche, Jesús confronta todo lo que amenazas y destruye la comunión. El lo confronta y lo trasciende.

La Eucaristía es el sacramento de la esperanza, porque en esa noche , cuando parecía que no había ya nada en que esperar, Jesús nos descubre ese maravilloso don de la entrega de si mismo. Y es por eso que la Ética sexual cristiana nos ayuda a vivir con esperanza ante nuestros fracasos, rechazos y mutuas traiciones. La Ética Sexual cristiana nos enseña a decir la verdad con nuestros cuerpos y a sobreponernos a las mentiras que a veces nos decimos.

Cuando se tienen relaciones sexuales con alguien, uno habla por medio de su cuerpo y dice: “Me entrego a ti sin reservas ahora y para siempre. Te acojo totalmente como don .” Pero si a la mañana siguiente dejo una nota cerca de la cama diciendo : Gracias por el placer que me diste, pero no te quiero volver a ver. Entonces nosotros estamos mintiendo con nuestro cuerpo, es como si fuésemos a decir: “Te amo eternamente”, para luego partir para siempre. Debemos tocarnos con verdad, significar lo que decimos cuando besamos. Necesitamos vivir conscientemente el sentido profundo de lo que hacemos con nuestros cuerpos. Por eso si la Ética Sexual Cristiana puede dar esperanza, debe enseñar a decir palabras que sanen las heridas causadas por nuestras mentiras e hipocresías, palabras que rompan nuestros silencios y restauren la comunión. No es suficiente ir a confesarse y recibir la absolución. Necesitamos recibir y darnos la absolución mutuamente. Vivir nuestra sexualidad auténticamente significa también que encontremos formas para superar las hipocresías y curar las heridas causadas por estas. Una mala conducta sexual esta generalmente en relación con el dominio y la violencia. Hoy en día, alrededor del mundo podemos ver cómo la violencia acompaña al sexo. La guerra siempre está asociada con la violencia a la mujer. Pero no sólo eso, ordinariamente la mujer está forzada diariamente a la dominación del hombre, que la obliga a tener sexo. Juan Pablo II decía que un hombre puede violar a su propia esposa.

Millones de niños son forzados a tener sexo con turistas extranjeros en Tailandia y Filipinas. Cuantas veces la dominación existe en las relaciones sexuales, entonces el nucleo de la sexualidad es negado. La Ultima Cena nos enseña que el corazón de la Ética sexual cristiana es la renuncia a la violencia.

Nosotros buscamos reciprocidad e igualdad. Cuando alguien desea el cuerpo de otra persona, este deseo no debe ser un deseo que busque avariciosamente apoderarse del cuerpo del otro , como si ese fuese un pedazo de carne para ser devorado. Debemos aprender a desear de tal manera que el otro se sienta gozosamente valorado en su vulnerabilidad y respetado en su propia existencia. Debemos gozarnos en el otro como Dios se goza con nosotros, tiernamente y sin dominar.

Si una buena relación sexual sabe superar la distorsión del poder y lograr la igualdad y la reciprocidad, entonces esa relación predicará el evangelio en el ambiente donde vive y confrontará las estructuras injustas de poder existentes en esa sociedad.

Frecuentemente las relaciones humanas son meramente eco de las formas de dominación de esa sociedad. Si la sociedad es regida por hombres, es probable que el hombre reine en casa y en la cama. Por ello mismo una buena ética sexual ofrece un reto con implicaciones políticas. Si hemos sido formados en casa para la reciprocidad, no viviremos en el hogar con estructuras políticas de opresión.

En el centro de esta ética sexual cristiana está la fidelidad. La forma típica que ésta ha tomado a través de la historia del cristianismo ha sido la de las promesas matrimoniales. Cuando el esposo y la esposa se juran mutua fidelidad hasta la muerte. Esto está llegando a ser cada vez más difícil en la sociedad actual. Debido a la longevidad y a la movilidad de las personas en general. El matrimonio es una institución frágil. De hecho los lazos matrimoniales ya no son tan estables como acostumbraban a ser. Vivimos en una sociedad con contratos a corto plazo en la casa o en el trabajo y esto crea multitud de problemas para las parejas cuyos compromisos se han roto y viven en situaciones irregulares.

Fidelidad es algo más que sólo no estar divorciado. Es ofrecer un contexto en el cual las personas toman tiempo para profundizar su sentido de pertenencia mutua, mirar al otro y dejarse mirar por el otro. Uno necesita coraje para permanecer con el otro a pesar de ver sus debilidades. La Eucaristía nos invita a permanecer fieles cuando nos descubrimos frágiles.

Hay una relación profunda entre sexo y muerte. En el Antiguo Testamento la más importante esperanza de inmortalidad se encontraba en la posesión de la descendencia. Uno será inmortal en la memoria de sus vástagos. Por eso la sexualidad era una forma de desafiar a la muerte Y esta era la razón por la cual se tenía el deber procrear hijos para el hermano que hubiese muerto sin descendencia.

En la actualidad sexo y muerte continúan en relación. En la mayoría de los casos el dar a luz un hijo era una situación extremadamente peligrosa para la madre. Hoy en día dar a luz en países de extrema pobreza conlleva el riesgo de contraer Sida, sobre todo cuando en esos lugares no hay un control de cuando y con quien se tiene sexo.

¿Qué es pues lo que la sexualidad cristiana puede ofrecer ante la muerte?... No es solamente la inmortalidad adquirida en la descendencia, aunque esta en realidad se nos revela como una profunda creatividad de la sexualidad humana ante la mortalidad. Es sobre todo un acto de amor, más grande que la muerte, al darse totalmente al otro. El cantar de los cantares dice : “Ponme de sello sobre tu corazón, como una señal sobre tu brazo. Porque fuerte es el amor, tanto como la muerte;” (8,6) Y en Cristo el amor es más fuerte que la muerte.

Las relaciones sexuales siempre deben de expresar ese amor del Padre por el Hijo que vence al viejo enemigo.

Nuestra sociedad esta obsesionada por el sexo pero al mismo tiempo le falta un significado profundo del mismo. Cuando la Iglesia articula su visión de la sexualidad, generalmente lo hace desde los términos de la ley natural. Esto tiene su propia utilidad y belleza y yo no quiero disminuirlos. Pero tiene el peligro de reducir la visión del sexo solo a la procreación. La sexualidad debe de ser tomada en el complejo contexto de la comunicación humana que tantas veces es vencida pero también vencedora.

En la noche anterior a su muerte Jesús nos dio su cuerpo y nos invita a meditar profundamente en lo que puede significar ofrecer el cuerpo por el otro. La sexualidad habla de la relación que se fundamenta en la entrega y la recepción del don de uno mismo. Al centro de la sexualidad esta la gratitud y la generosidad. La relación sexual es la transmisión del don de uno mismo y una profunda expresión de lo que significa ser humano.( This is an edited extract from the chapter by Fr Timothy Radcliffe OP in Christians and Sexuality in the Time of AIDS) Traducción Hno. Juan Castro

sábado, 18 de diciembre de 2010

Escritos a Compartir

El hermano Wiily Guerrero nos comparte algunos escritos:

DOS LOBOS

Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.

El dijo, "Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros.

"Uno es Malvado -

Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego..

"El otro es Bueno -

Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe."

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:

“¿Qué lobo gana?”

El viejo Cherokee respondió,

"Aquél al que tú alimentes."

Una frase:

EINSTEIN: el sentimiento cósmico religioso es el motivo más fuerte y noble de la investigación científica. Citado en el libro: un estado de ser: mi historia. Jz Knight 177


Citas del Texto:

ESPIRITUALIDAD: Masaje Atlante: Nina Llenares.

Algo encontrado en otro Blog...

LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE. Thiago de Mello

miércoles, 27 de octubre de 2010

Compartir nuestra esperanza de Timothy Radcliffe

Conferencia impartida por Timothy Radcliffe OP durante el Congreso de CYMFed(Christian Young Movements) en Londres en septiembre 2010

A los Lideres de Jóvenes -

Me gustaría hablar acerca de la esperanza y de cómo nos ayudamos unos a otros a esperar. Tres sacerdotes, un dominico, un benedictino y un obispo, estaban en un barco de vela a en medio del Océano Pacífico. Y el barco se hundió y todos terminaron en una pequeña isla desierta. Después de algún tiempo un ángel se les apareció y les ofreció a cada uno de ellos cumplirles un deseo. Y así el dominico pensó radicalmente y dijo al ángel: "Me gustaría volver al convento con mis hermanos en Inglaterra" Y Zas!! ', él, se había ido, como un mensaje de texto en un Iphone. Entonces el benedictino, dijo, 'Esos Dominicos, como siempre, tienen toda la razón. Yo también quiero irme a mi Abadía de Alemania. "Y Zas!! Desapareció. Entonces el obispo dijo: "Estoy terriblemente solo, ahora que ellos se han ido. ¿Podrías regresar al Dominico y al Benedictino por favor? Y Zas! Zas! Ellos tres estaban de nuevo juntos.

Estos religiosos eran sabios en su deseo de estar de regreso en sus comunidades. Nos necesitamos unos a otros para mantener viva nuestra esperanza para el futuro. Tenemos una crisis económica, lo que significa que millones de jóvenes tienen pocas perspectivas de trabajo en el futuro inmediato. Lo peor de todo es que tenemos la perspectiva de una catástrofe ecológica tan vasta, que podría matar a millones de personas, sobre todo después de la desastrosa conferencia de Copenhague. ¿Cómo será el planeta cuando los jóvenes sean de mi edad?

Es por esto que muchas personas prefieren comer, beber y divertirse y pretender que este futuro nunca va a acontecer. Y esto en realidad es una forma de desesperación.

Frente a estos desafíos, las generaciones necesitan darse esperanza unas a otras. Las personas mayores necesitan dar esperanza a los jóvenes, creyendo en su futuro. Y los jóvenes ofrecer esperanza a las personas mayores, porque ellos son su futuro.

Me encanta la palabra confianza. Proviene del latín confidens, que significa creer mutuamente.

Permítame contarles la experiencia de un joven amigo mío llamado Juan. Su historia es de alguien que ha recibió y ha dado esperanza. Juan fue expulsado de la escuela por tomar drogas. De repente su mundo se derrumbó y se sintió desesperado. . Sus padres decidieron llevarlo de vacaciones para animarlo.

Su madre había ido a recoger los boletos a la agencia de viajes, y cuando ella regresó a su departamento, se encontró con una multitud de personas que se habían congregado en la calle. En el centro estaba su hijo. Juan había saltado desde el séptimo piso.

Ella me llamó por teléfono a Oxford desde un hospital en Londres para pedir mis oraciones puesto que su hijo, no tendría mucho tiempo de vida. Me ofrecí a venir y ella respondió que no tenía sentido ya que Juan estaría muerto en una hora. Aún así, decidí ir a verla, pues sabía que iba a necesitar a alguien cercano después de lo que se preveía venir... Cuando llegué, Juan aún estaba vivo. El médico me mostró que su temperatura interna descendía constantemente. Él me dijo que cuando la temperatura llegara a un cierto nivel, entonces Juan iba a morir, probablemente esto sería en unos veinte minutos. Tomé su mano y le dije que estábamos rezando por él. Se había quebrado todos los huesos de su cuerpo, y uno de los pulmones, tenía un orificio. Su estómago también mantenía heridas internas, sin embargo él me hizo una seña con la mano. Y, por último escribió muy levemente, “Yo también puedo orar”.

Entonces sucedió algo extraordinario. Su temperatura interna comenzó a aumentar de nuevo, y sobrevivió. Le tomó seis meses poder volver a caminar, la mayoría de ese tiempo lo paso cubierto con vendajes de seda fina hasta que su cuerpo sanó. Cuando lo iba a visitar me tenía que recostar en el suelo boca arriba para poder ver su rostro. El año pasado se casó Y ahora de hecho está bien. Y es un artista de éxito. El punto de inflexión fue cuando oramos juntos. Cuando le dije que estábamos orando, comenzó a vivir, y cuando él nos dijo que él estaba orando, empezamos a tener una nueva esperanza. Pero ¿Qué es la base de nuestra esperanza? ¿Cómo nos atrevemos a seguir confiando en que Dios nos dará un futuro mejor aún cuando no lo pudiéramos imaginar, cuando no podemos encontrar trabajo o cuando hemos roto las relaciones con la persona que más amábamos?

Otra experiencia que quisiera compartir con ustedes es la que tuve en Rwanda, justo cuando la situación problemática comenzaba. Fue una de las más importantes experiencias de mi vida. Transformó mi comprensión de lo que significa la esperanza y es por ello que la relato a menudo.

Fuimos en coche al norte, debíamos visitar a nuestras hermanas que cuidaban los refugiados. El embajador belga se acercó y nos advirtió que la violencia estaba apunto de estallar en todo el país y que deberíamos quedarnos en casa. Pero éramos jóvenes e imprudentes, y así avanzamos hasta llegar cerca de los bloqueos del ejército en las carreteras para detener a quien tratara salir de la capital. Nos encontramos en medio del caos. Había sido un día terrible, tener que salir del coche para enfrentarnos con grupos de rebeldes y de soldados, armados con fusiles y machetes. No pensé que viviría hasta el final del día. Lo peor fue ver un hospital lleno de niños mutilados por minas terrestres. Recuerdo a un niño que había perdido sus dos piernas, un brazo y un ojo, y a su padre que sentado lloraba junto a él. Yo también salí a los matorrales y me puse a llorar. En ese momento, otro niño con una sola pierna saltando llegó a mi lado para consolarme. No tenía nada para conseguir unas muletas.

Luego fuimos a visitar a las hermanas. Yo sabía que ellas esperaban algunas palabras de mí, pero ¿qué podía decir? En ese día me había encontrado con más sufrimiento que en toda mi vida. Yo no tenía palabras. Y entonces me acordé de que Jesús nos había dejado algo por hacer en memoria de él. Podríamos recordar lo acontecido aquella noche antes de morir, que fue el momento más oscuro de su historia humana. Uno de sus amigos lo habría de vender. Su discípulo elegido, Pedro, estaba a punto de traicionarlo. Y la mayoría de todos los demás huirían sin dirección. Y cuando todo parecía perdido y no habría futuro, realizó un hecho extraordinario.

Estando cenando con sus amigos, tomó el pan, lo partió, y se los dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, entregado por vosotros." Cuando el futuro parecía ser sólo la cruz, ha realizado un gesto de locura, generoso y lleno de amor. Y este gesto, ha llegado a ser la base de nuestra esperanza. Cada vez que nos reunimos como una comunidad para celebrar la Eucaristía, recordamos ese momento de oscuridad, en el que, el inesperado regalo de un futuro nuevo se nos dio. La última cena parecía el final, y sin embargo, esta última cena, fue el comienzo, la primera Eucaristía.

II

Ahora bien, Jesús hizo dos cosas extraordinarias en ese momento. En primer lugar Jesús ha dado a los discípulos espacio y tiempo. Estuvo solo con ellos. Y en segundo lugar se entrego a sí mismo. Todo el amor que espera o toda la espera amorosa, necesita de ambos el don del espacio y el don de si mismo. Eso es lo que las personas mayores les pueden dar a ustedes que son jóvenes, y eso es lo que ustedes nos pueden dar. Reflexionemos un momento en cada uno de ellos. Jesús les da espacio y tiempo. Si Yo supiese que los soldados no tardarían en venir a arrestarme, y que iba a ser negado precisamente por este grupo de amigos a quienes había dado todo, me encontraría en un estado de pánico total, y también muy enojado... Pero Jesús mostró su esperanza estando tranquilamente con ellos, compartiendo una comida, compartiendo sus últimas palabras, hablando con ellos. El momento presente es el único momento que existe. Y es ahora cuando se inicia el futuro. Dios nos ama dándonos espacio. Él dice: "Hágase la luz 'y la luz fue hecha. Él nos ha dejado ser. Que sea el arzobispo Vicente y el Abad Christopher y todos nosotros que estamos aquí. Y así ha sido.

El amor de Dios es discreto. Bertrand Russell decía que si al morir descubría que Dios existía, entonces él le diría: “Debiste de haber hecho tu existencia más obvia”. Sin embargo Dios no es así, Dios no nos abruma. Dios nos permite respirar.

Lo más hermoso que podemos dar a quien amamos es el espacio para estar, ya sea para que hable o para que guarde silencio, según lo necesite. Nuestro mundo, frenético, lleno de ocupaciones de reuniones y proyectos, trata siempre de alcanzar sus objetivos y metas. Pero cuando uno realmente ama a alguien, no se sienta con el con una lista de objetivos que deben alcanzarse, ni llena un formulario de evaluación al final del encuentro. Uno estás con los que ama sin ningún propósito especial, solo por el gusto de escucharlos y de hablar. Realmente escuchar a otra persona es una de las artes más bellas y más duras disciplinas. Cuando yo era el Maestro de la Orden Dominicana, tuve el privilegio extraordinario de encontrarme con cada uno de los hermanos de la Orden por aproximadamente media hora. Estos encuentros eran exigentes para mí porque hay varios miles de nosotros. Una vez, en México, al final de un largo día, estaba con un fraile, viejo amigo mío, pero deseando terminar la conversación para poder irme a descansar. Y él me dijo: 'Timoteo, es la tercera vez que estas viendo tu reloj." Aprendí la lección.

Desde entonces pongo el reloj detrás de la silla del que estoy escuchando...

A veces tenemos miedo de estar con la gente porque no sabemos qué decir o por donde irá la conversación.

Cuando era joven e inexperto capellán, una joven estudiante muy bonita, vino a verme, para confesar su exótica vida sexual. Mi imaginación estaba aturdida. Al tiempo que ella confesaba las cosas que yo nunca hubiera considerado siquiera posibles, Yo me aterrorizaba pensando que le podría decir. Cuando ella dejó de hablar, yo dejé de escucharla y al mismo tiempo me di cuenta de que no tenía nada que decirle. Pero si uno escucha con todo el corazón y la mente, entonces lo que uno va a decir en ese momento, ¡de verdad que se le dará!

Jean Vanier, el fundador de El Arca, dice que las personas con discapacidades que él cuidaba, fueron quienes le enseñaron a amar a las personas y permitirles ser ellas mismas. El menciona a un joven llamado Eric que estaba discapacitado físicamente en grado extremo. Jean decía que cuando él bañaba a Eric, tenía que dejar que Eric se tomara su tiempo. No podía forzar el ritmo. Eric siempre encontraba dificultad para orinar con exactitud. Un día lo logró sin errores, ¡por lo que la comunidad abrió una botella de champagne para celebrar!

Como decía, Jesús les dio a los discípulos espacio y tiempo para hablar y escucharlos. Los dejó ser ellos. Pero también hizo algo un poco diferente, se les entrego él mismo. “Este es mi cuerpo entregado por vosotros”. Se entregó sin condiciones.

La otra cara de nuestro amor esperanzado es que nos entreguemos el uno al otro. Esto puede tomar la forma de amistad, de compromiso, e incluso, finalmente, de matrimonio, cuando se le dice a alguien, 'Esto es mi cuerpo y me entrego a ti, ahora y por siempre”.

Puede también adoptar la forma de una generosidad increíble, cuando uno arriesga su vida. Alguien que me ha influido enormemente ha sido mi hermano, Pierre Claverie, obispo de Orán, en Argelia. Fue asesinado por su oposición al terrorismo. Cuando visité su diócesis, era un momento peligroso. Pierre nos condujo alrededor de la diócesis haciendo de vez en vez llamadas telefónicas para cerciorarse de que los terroristas no habían bloqueado la carretera, pues sabia que sería ejecutado en caso de ser capturado.

La diócesis había abierto algunas bibliotecas para que los jóvenes estudiantes musulmanes pudieran ir y estudiar cuando lo desearan. Pero justo antes de mí llegada dos hombres armados habían entrado y disparado a los dos religiosos que dirigía una de las bibliotecas. A pesar de que Pierre se movilizaba en el borde del Sahara, se preguntaba dónde podría encontrar otros misioneros que reemplazaran a aquellos dos.

Y un viejo fraile que estaba en la parte trasera del coche dijo: "Pierre, yo iré. Soy viejo y algún día me he de morir. Me ofrezco para ir a trabajar a la biblioteca. "Aquí estoy, cuenta conmigo”.

Amar bien a las personas significa encontrar el equilibrio adecuado entre darles espacio y darse uno mismo. Si nos limitamos a darles solo espacio, puede que se sientan solos, abandonados. Si nos entregamos a los demás, pueden sentirse quizá desbordados. Tuve un correo electrónico de una mujer recién casada. Ella ama a su marido por completo y no puede soportar separarse de él. Ella no puede tolerar ninguna separación. Y así, por supuesto, El tiene que escaparse para poder respirar.

Dios es el amante perfecto. Dios nos ha dado tanto espacio que algunas personas no se dan cuenta en absoluto de su presencia... Pero en Jesús, Dios se nos da a sí mismo, sin condiciones, entregándose totalmente.

Por último, expresamos nuestra esperanza celebrando. Lo primero que hizo Jesús para predicar el reino fue comer y beber con la gente. El celebró con ellos. Él los celebró. En Cana convirtió el agua en vino para que la fiesta pudiera continuar. Se le llegó incluso a acusar de ser un borracho y glotón.

Todos los domingos nos reunimos para celebrar la Misa pero desgraciadamente ¡no siempre parece que fuera una celebración! La Eucaristía más conmovedora en la que he participado fue cuando estaba en París. Fue en la misa de Navidad para los vagabundos, que se celebra en una gran tienda de campaña en el centro de París. El sacerdote era un dominico español, Pedro Meca, que vive como un vagabundo en las calles de París y regresa a sus hermanos una vez a la semana para toma una ducha y una buena comida. ¡Creo que los hermanos esperan que tome la ducha antes de la comida!

Todos los desvalidos, los sin techo, y vagabundos fueron invitados.

Más de mil personas se reunieron para celebrar. Fue una celebración intensa a momentos la gente se encontraba confundida en su felicidad. El altar era de cartón, para celebrar al Cristo que ha nacido hoy para todos aquellos que viven en cajas de cartón. Cuando Pedro destapo la botella de vino durante el ofertorio, las aclamaciones se hicieron resonar. Después todos fueron invitados a un banquete magnífico. Ese fue un signo del Reino. Ese fue un gesto de esperanza que sobrepaso las divisiones entre ricos y pobres y habla de la alegría del Reino hoy.

Por este motivo mi más ardiente deseo es que ustedes sean portadores de esperanza. El futuro puede parecer sombrío. Nos podemos preguntar seriamente hacia donde nos dirigimos. Cada uno de nosotros vivirá momentos de crisis, cuando el futuro parecerá incierto. Pero en cada Eucaristía recordaremos el momento en que parecía que no había mas futuro, salvo la cruz. Cuando todo parecía terminado, y entonces Jesús hizo este extraordinario acto de generosidad y esperanza. Es por este hecho, que nunca debemos temer. Pues podemos compartir esta nuestra esperanza unos con otros.

Traducción : Hno Juan Castro